Hace algunos días recordé que tenía un blog, uno que estaba dedicado a un viejo castor sin nombre, un espacio utilizado a manera de escusa para expresar ideas, opiniones, sentimientos, idioteces y demás cosas, revisándolo me di cuenta de lo poco que había escrito en él, dato curioso pues tengo una libreta casi llena de historias y recuerdos por lo que no siento que haya dejado el gusto por escribir en ningún momento, pero es verdad que nada por aquí. Pues bien, motivado por alguien me decidí volver a plasmar nuevamente mis cosas en el ciberespacio de manera más extensa de lo que permiten otros medios como el Facebook, intentare invocar a aquel castor y si corro con suerte tal vez resucitarlo, poder ver si aun está dispuesto a escuchar mis pavadas.
Hace ya 7 meses que me aleje de aquí, 8 desde que emprendí ese viaje imaginario que me revoluciono de sobremanera, mentalmente por decirlo de alguna forma, es verdad que a veces corría un poco y sin sentido, intentando alejarme de los fantasmas que me acosaban por la noche, es verdad que nunca supe enfrentar la verdad y es verdad que andaba perdido por el mundo, olvidándome de las prioridades de la vida y de lo bello que es el mundo pero hoy por hoy todo ha cambiado y la verdad no me queda más que agradecerle a Dios y a cada una de las personas que me han acompañado en el trayecto que aun no termina y que estoy seguro de que continuaran caminando a mi lado.
Este post es corto pero sirve de inspiración para futuros escritos que ni siquiera yo sé de que trataran, en fin veamos a donde me lleva esto, prometo redactar mejor a la próxima y prestar mayor atención a la ortografía, hoy de plano el cansancio me impidió inspirarme como de costumbre…